miércoles, 4 de enero de 2012

La mente creativa musical

Hoy voy a hablar de tres aspectos importantes de la mente creativa de un músico y cómo he ido comprobando que funcionan. Aunque me quede mucho por aprender y lograr para considerarme a mí mismo plenamente un músico, sí que considero que tengo ya la suficiente experiencia como para haber conocido un poco el funcionamiento de mi propia mente creativa.


- Pensamiento divergente vs Pensamiento lógico:

El pensamiento divergente, o lateral, es el que nos permite destacar por encima de los demás. Es el pensamiento original e innovador, frente al pensamiento de quien se limita a seguir las ideas ya creadas en el pasado por otros. El pensamiento lógico, convergente, o vertical, puede dar cierta seguridad, al ceñirse a la razón y a patrones que está comprobado que simplemente funcionan, pero limita mucho la creatividad.

Pensando en la composición de una canción. Todo músico, y sobre todo un músico joven, está muy influenciado por los estilos y por los ídolos que le han hecho amar la música. Las creaciones que nos transmiten e inspiran son las que, de forma consciente o inconsciente, acaban sirviendo de base para lo que nosotros creamos. Por tanto, es inevitable que se creen patrones y ciertas reglas cuando unos músicos están aprendiendo de otros y continuando su legado.

Sin embargo, he comprobado que empezar a sentirte demasiado atado a unas ideas y visiones que has aprendido de otros puede resultar agobiante al impedirte expresar plenamente tu propia visión, la que a veces ni sospechabas que tenías. Es el momento en el que el pensamiento lógico y razonable, el de ir a lo seguro, se agota, y donde un verdadero creativo debe dar rienda suelta a su pensamiento divergente, arriesgarse y crear. Los temas en los que junto a mi grupo he arriesgado y hecho cosas diferentes y atrevidas, acaban siendo de los que más orgulloso te sientes, porque ves una verdadera parte de ti mismo en su núcleo. Y no hay nada mejor que oír a un amigo, también músico, de un grupo querido y respetado por nosotros decir algo como "esta parte suena muy Fragile Things, de esas cosas que vosotros hacéis". Hay que atreverse a ser diferente y original.


- La imaginación, pensar lo imposible:

Eso de "pensar lo imposible" me parece una muy acertada definición de lo que es la imaginación. Es precisamente pensar cosas imposibles, o al menos, cosas que aún no han sido hechas o vistas, pero es importante también procurar hacer esas ideas realidad. Es lo que diferencia a un soñador de un verdadero creativo.

En la música la imaginación lo es todo. Llevan mucha razón los que no dejan de repetir eso de que "en la música está ya todo hecho", pero no por ello hay que rendirse y seguir ciegamente el camino ya marcado. Si bien no tiene nada de malo disfrutar creando dentro de los límites preestablecidos, es importante, al menos de vez en cuando, atreverse a salir de esos límites. La imaginación funciona como un músculo, hay que mantenerla en forma y cuánto más la entrenes, mejores resultados te dará.

En mi grupo sin duda no derrochamos talento y nos queda un largo camino por recorrer todavía, pero algo de lo que ya estamos orgullosos es que empujamos siempre nuestra imaginación fuera de los límites establecidos y, dentro del estilo que tocamos, hacemos cosas variadas, diferentes y originales. Es también una muy agradable sensación de libertad saber que tu propia imaginación es el único límite y por imposible, o al menos atípica, que parezca una idea, vale la pena darle una oportunidad de florecer como creación.


- Azar, caos, aleatoriedad, necesidad e impredictibilidad:

Esos cinco conceptos definen muchísimo el funcionamiento de mi mente creativa. Empezando por la necesidad, pienso en los momentos en los que necesito crear, tengo las ganas de escribir o componer, y de alguna manera me fuerzo a ello. Eso prácticamente nunca funciona. Puedes forzar una mente racional, pero no una creativa, ya que la segunda se basa en algo demasiado abstracto y sensible: la inspiración.

Es por eso por lo que son el azar y el caos los que controlan la vida creativa de un músico. Más de una vez me he sentado con mi guitarra, con la intención clara de componer cierto tema A y he acabado componiendo el tema B. Por no hablar de las canciones que han empezado con un riff o progresión de acordes que me ha salido sin querer mientras estaba calentando para tocar. Todo es aleatorio e impredecible, y así tiene que ser, porque parece que así se consiguen los mejores resultados.

Al igual que no hay que intentar forzar los impulsos creativos, tampoco hay que luchar contra ellos. Cualquier joven músico coincidirá conmigo en que las mejores ideas llegan en los peores momentos: cuando no tienes una guitarra o papel y boli cerca, cuando te habías prometido darte una época para trabajar en las canciones ya escritas, en época de exámenes... Lo cierto es que sea cual sea el caso, no hay que luchar contra la inspiración, porque a la mínima resistencia la puedes perder y da por seguro que la vas a echar de menos.

Por otro lado, al igual que nuestra mente creativa nos sorprende a nosotros, nosotros debemos procurar sorprender a las mentes ajenas, transmitiendo ese azar, ese caos y esa impredictibilidad a través de nuestras creaciones. Nosotros somos nuestras mentes creativas, así que procuremos formar un buen equipo junto a ellas.




No hay comentarios:

Publicar un comentario