martes, 10 de enero de 2012

Objeto creativo: Popper Stopper DIY

Voy a seguir en mi línea de encaminar los contenidos de este blog hacia lo que me gusta, interesa y sirve a mí y lo que también os podría ser útil a vosotros, sobre todo si compartís mínimamente mis aficiones. Hoy voy a mostraros cómo elaborar, siguiendo la filosofía Hazlo Tú Mismo, un popper stopper casero. No tengo ninguno, así que será un buen fichaje para mi estudio casero.

El popper stopper, popper blocker, pop block, pop stop, o como cada uno lo quiera llamar, es una especie de filtro que se coloca entre la boca y el micrófono cuando se graba voz en un estudio. El objetivo es reducir los golpes de aire que se dan cuando pronunciamos los sonidos de P o B y que pueden saturar puntualmente el micro y estropear la grabación.

Aquí está el que me ha prestado mi amigo Paco:















Y aquí podéis ver cómo se coloca y utiliza:























He ojeado por internet y parece que los normalitos rondan los 10€. No es mucho, pero, ¿y la satisfacción que nos da el DIY, qué?, ¡Pongámonos al lío!.



MATERIALES:















A parte del popper stopper de fábrica que me sirve de modelo, voy a utilizar:

- Cable de alambre para imitar el cuerpo flexible del popper stopper. Tiene que ser grueso y plástico para que se le pueda dar la forma necesaria para colocar el popper stopper casero cómodamente delante del micro. Se puede conseguir uno como el que he utilizado en cualquier tienda de electricidad.

- Algo con forma redonda y tamaño apropiado para poder hacer fácilmente la cabeza del popper stopper. Yo he utilizado una caja de CDs.

- Una media normal y corriente para hacer de filtro propiamente dicho. Sé que suena muy rudimentario, pero os aseguro que el tejido del filtro de un popper stopper de fábrica no se diferencia mucho del de las medias de vuestras madres.

- Rollo de cinta americana. El mejor amigo de cualquier entusiasta DIY que se precie.

- Cortaalambres y tijeras.



1) Doblamos el cable alrededor de la caja redonda de CDs para conseguir crear la cabeza del popper stopper.

















2) Empezamos a enrollar cinta americana poco a poco y firmemente, de esta manera.




























Al terminar con ello, ya hemos logrado un cuerpo bastante parecido al del popper stopper original y con la misma funcionalidad.







3) Colocamos la media sobre la parte redonda.























4) La ajustamos bien y la fijamos en la parte de abajo con un poco más de cinta americana y listo. Aquí están los dos popper stoppers.







¿A que ni los diferenciáis? Claaaaaaaaaaaaaaaro, si es que esto es DIY de calidad. El nuestro es el de la izquierda.






5) Para fijarlo al pie de micro, o jirafa, simplemente he utilizado más de cinta americana. No será lo más creativo del mundo, ni lo más estético, pero es funcionalidad pura.






Bueno, con Fragile Things nos quedan todavía vocales por grabar para nuestro EP, así que os dejo. Espero que mi objeto creativo, con making-of incluído, os haya parecido interesante y, sobre todo, le pueda ser útil a más de uno. Ante cualquier duda... ¡HAZLO TÚ MISMO!




sábado, 7 de enero de 2012

Potenciando la creatividad personal; personalidad y proyecto de vida

La búsqueda de formas artísticas o creativas de expresar su mundo interior ha definido al ser humano desde su mismo nacimiento. Es sin duda un impulso que define a la humanidad y que ha estado presente dentro del hombre desde las cavernas hasta hoy en día, y lo estará hasta el fin de los tiempos.




Encontrar esa manera idónea de expresarte es, sin duda, de lo mejor que uno puede experimentar, ya que abre ante nosotros todo un nuevo mundo en el que nos sentimos más libres y cómodos que nunca. Sentirse parte de algo grande y sentir que dejas tu huella en el mundo es una experiencia forjadora del carácter y la personalidad y conlleva encontrar una gran paz espiritual.

Hablando, como siempre, desde mi propia experiencia, debo decir que desde que empecé junto a mi mejor amigo nuestro grupo Fragile Things mi vida no ha vuelto a ser la misma, y el cambio es innegablemente para bien. Es un proyecto personal, y también en equipo, el cual ambos nos tomamos muy en serio desde el primer momento. En un momento de nuestra vida en el que, ¿para qué negarlo?, estábamos muy dispersos y poco productivos, de repente encontramos algo que nos ayudó a centrarnos en un objetivo y casi dos años después, seguimos igual de centrados, o incluso diría que cada vez más.

Dedicarme a esto, encontrar una afición y pasión tan desbordantemente fuerte, sin duda ha potenciado mi creatividad como individuo y me ha hecho más fuerte como persona. Día a día, descubro mis virtudes y defectos, desarrollo mis talentos, potencio mi ética de trabajo, mi relación con los demás... Es algo que no cambiaría por nada y deseo a todo el mundo que encuentre lo que le hace sentir de esta manera. A mí lo que me deseo es hacerlo durar y hacer que todo el sacrificio invertido valga la pena.

Si bien uno debe tener de por sí una disposición hacia la creatividad, ejercitarla es algo igual de importante. El talento no sirve de nada si no es apoyado por trabajo duro e incansable y la creatividad no es nada si no la empleamos para crear.

miércoles, 4 de enero de 2012

La mente creativa musical

Hoy voy a hablar de tres aspectos importantes de la mente creativa de un músico y cómo he ido comprobando que funcionan. Aunque me quede mucho por aprender y lograr para considerarme a mí mismo plenamente un músico, sí que considero que tengo ya la suficiente experiencia como para haber conocido un poco el funcionamiento de mi propia mente creativa.


- Pensamiento divergente vs Pensamiento lógico:

El pensamiento divergente, o lateral, es el que nos permite destacar por encima de los demás. Es el pensamiento original e innovador, frente al pensamiento de quien se limita a seguir las ideas ya creadas en el pasado por otros. El pensamiento lógico, convergente, o vertical, puede dar cierta seguridad, al ceñirse a la razón y a patrones que está comprobado que simplemente funcionan, pero limita mucho la creatividad.

Pensando en la composición de una canción. Todo músico, y sobre todo un músico joven, está muy influenciado por los estilos y por los ídolos que le han hecho amar la música. Las creaciones que nos transmiten e inspiran son las que, de forma consciente o inconsciente, acaban sirviendo de base para lo que nosotros creamos. Por tanto, es inevitable que se creen patrones y ciertas reglas cuando unos músicos están aprendiendo de otros y continuando su legado.

Sin embargo, he comprobado que empezar a sentirte demasiado atado a unas ideas y visiones que has aprendido de otros puede resultar agobiante al impedirte expresar plenamente tu propia visión, la que a veces ni sospechabas que tenías. Es el momento en el que el pensamiento lógico y razonable, el de ir a lo seguro, se agota, y donde un verdadero creativo debe dar rienda suelta a su pensamiento divergente, arriesgarse y crear. Los temas en los que junto a mi grupo he arriesgado y hecho cosas diferentes y atrevidas, acaban siendo de los que más orgulloso te sientes, porque ves una verdadera parte de ti mismo en su núcleo. Y no hay nada mejor que oír a un amigo, también músico, de un grupo querido y respetado por nosotros decir algo como "esta parte suena muy Fragile Things, de esas cosas que vosotros hacéis". Hay que atreverse a ser diferente y original.


- La imaginación, pensar lo imposible:

Eso de "pensar lo imposible" me parece una muy acertada definición de lo que es la imaginación. Es precisamente pensar cosas imposibles, o al menos, cosas que aún no han sido hechas o vistas, pero es importante también procurar hacer esas ideas realidad. Es lo que diferencia a un soñador de un verdadero creativo.

En la música la imaginación lo es todo. Llevan mucha razón los que no dejan de repetir eso de que "en la música está ya todo hecho", pero no por ello hay que rendirse y seguir ciegamente el camino ya marcado. Si bien no tiene nada de malo disfrutar creando dentro de los límites preestablecidos, es importante, al menos de vez en cuando, atreverse a salir de esos límites. La imaginación funciona como un músculo, hay que mantenerla en forma y cuánto más la entrenes, mejores resultados te dará.

En mi grupo sin duda no derrochamos talento y nos queda un largo camino por recorrer todavía, pero algo de lo que ya estamos orgullosos es que empujamos siempre nuestra imaginación fuera de los límites establecidos y, dentro del estilo que tocamos, hacemos cosas variadas, diferentes y originales. Es también una muy agradable sensación de libertad saber que tu propia imaginación es el único límite y por imposible, o al menos atípica, que parezca una idea, vale la pena darle una oportunidad de florecer como creación.


- Azar, caos, aleatoriedad, necesidad e impredictibilidad:

Esos cinco conceptos definen muchísimo el funcionamiento de mi mente creativa. Empezando por la necesidad, pienso en los momentos en los que necesito crear, tengo las ganas de escribir o componer, y de alguna manera me fuerzo a ello. Eso prácticamente nunca funciona. Puedes forzar una mente racional, pero no una creativa, ya que la segunda se basa en algo demasiado abstracto y sensible: la inspiración.

Es por eso por lo que son el azar y el caos los que controlan la vida creativa de un músico. Más de una vez me he sentado con mi guitarra, con la intención clara de componer cierto tema A y he acabado componiendo el tema B. Por no hablar de las canciones que han empezado con un riff o progresión de acordes que me ha salido sin querer mientras estaba calentando para tocar. Todo es aleatorio e impredecible, y así tiene que ser, porque parece que así se consiguen los mejores resultados.

Al igual que no hay que intentar forzar los impulsos creativos, tampoco hay que luchar contra ellos. Cualquier joven músico coincidirá conmigo en que las mejores ideas llegan en los peores momentos: cuando no tienes una guitarra o papel y boli cerca, cuando te habías prometido darte una época para trabajar en las canciones ya escritas, en época de exámenes... Lo cierto es que sea cual sea el caso, no hay que luchar contra la inspiración, porque a la mínima resistencia la puedes perder y da por seguro que la vas a echar de menos.

Por otro lado, al igual que nuestra mente creativa nos sorprende a nosotros, nosotros debemos procurar sorprender a las mentes ajenas, transmitiendo ese azar, ese caos y esa impredictibilidad a través de nuestras creaciones. Nosotros somos nuestras mentes creativas, así que procuremos formar un buen equipo junto a ellas.




lunes, 2 de enero de 2012

Autofotorretrato MAKING-OF

¡FELIZ 2012 A TODOS! Y que sea, ante todo, muy creativo.

En la entrada anterior publiqué mi autofotorretrato que obviamente se basa en un engaño óptico que hace parecer que mi propio reflejo en el espejo cobra vida y me observa, con cierto aire de desaprobación, todo hay que decirlo. La cuestión es que este tipo de montajes hoy en día no son nada de otro mundo, ya que cada vez más gente tiene cámaras modernas y maneja a nivel experto el Photoshop. Aquí os dejo un ejemplo, creación de mi amigo Maher, vía su página de flickr: Efecto clonación.

Ya que el tema principal de mi blog es la creatividad surgida de la falta de medios y el arte de apañarse con lo que uno tiene, yo quise realizar mi fotomontaje usando el material más básico posible y conseguir con la mínima inversión lograr un efecto pleno. Seguidamente os indico exactamente los pasos que seguí y veréis de qué os hablo.



1) Usé una cámara digital normal y corriente, de las baratas.


















2) Midiendo bastante a ojo el ángulo necesario para conseguir el efecto deseado me hice la foto de la cara inocente.

       












3) Procurando mover lo mínimo la cámara, cambié de postura para hacer la foto del reflejo malvado. Lo importante es lo que se ve en el espejo. La intención era conseguir el efecto óptico de que la mano del reflejo está posada sobre la superficie del espejo.














¡ATENCIÓN! Ahora viene lo bueno. Para juntar ambas partes de las dos fotos usé el PAINT. El programa más básico que puede existir.



4) Abrí la foto de la cara inocente, luego la del reflejo malvado, de la que recorté siguiendo a ojo una de las líneas del borde del espejo la parte que quería introducir en la primera, copié y pegué.





5) Ajusté el cacho recortado dentro de la primera imagen lo mejor posible, procurando que se note lo menos posible el punto de unión de ambas.














6) Algún recorte pequeño por los lados y centrar la imagen resultante para lograr una composición equilibrada y listo. No queda nada mal, ¿verdad?





7) Para lograr aún mejor efecto y un resultado final más estético, jugué un poco con la saturación, luminocidad y contraste de la imagen. Se puede hacer con cualquier programa de edición de imágenes. Yo, fiel a mis principios de bajo presupuesto, utilicé el Office Picture Manager que me venía de serie con el Windows. Y, ¡VOILÁ!, el autofotorretrato que ya os mostré en el post anterior estaba listo.





Para premiar a los aplicados que se han leído todo esto, aquí dejo un pequeño regalo. Es un experimento con los efectos de color, utilizando valores muy extremos, simplemente por ver cómo quedaba.




Se pierde el efecto óptico buscado porque ni se entiende que hay un espejo, ni lo que está ocurriendo en general en la imagen, pero a cambio es bastante terrorífica.

¡Hasta la próxima! Y tened cuidado con los espejos...